La Enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un trastorno inflamatorio crónico e intermitente, de etiología desconocida que altera la capacidad del organismo para digerir alimentos y absorber nutrientes, incluye dos subtipos: colitis ulcerosa (CU) y enfermedad de Crohn (EC). Este proceso inflamatorio crónico esta influenciado por factores inmunológicos, genéticos, ambientales y la sintomatología depende del segmento del tracto intestinal involucrado. Afecta a 0.5-1% de la población encontrándola más comúnmente en los países desarrollados y en las zonas urbanas. Puede encontrarse en cualquier raza o grupo étnico afectando por igual a hombres y mujeres. La incidencia en Latinoamérica es de 0,08 a 0,5 / 100 mil habitantes. El grupo etario en el que más comúnmente se diagnostica la CU es la población de comprendida entre los 30-40 años mientras que para EC la población afectada está aproximadamente entre los 20-30 años y se puede encontrar en un 7 a 20% de la población infantil.
Los síntomas van desde diarrea, deposiciones con sangre, diarrea nocturna, incontinencia hasta estreñimiento que puede ser el síntoma primario de CU limitada al recto. Puede haber obstrucción, dolor y sangrado, tenesmo, calambres y dolores abdominales. Los pacientes con EII pueden llegar a manifestar eritema nodoso, artropatía periférica, escleritis, uveítis y afectaciones hepatobiliares como manifestaciones extraintestinales de esta enfermedad. Dentro de las complicaciones que pueden llegar a presentarse están la ulceración en el estómago o duodeno, hemorragias, Fístulas, megacolon tóxico, neoplasias y una de las mayores complicaciones que es la perforación intestinal.
Diferentes exámenes de laboratorio como el hemograma, la electroforesis, hepatograma, ferritina, calcio, magnesio, vitamina B12, reactantes de fase aguda, exámenes en materia fecal para descartar otras causas de diarrea e inflamación, contribuyen de manera efectiva al diagnóstico del paciente además de hacerse necesario contar con biopsias y estudios imagenológicos que ayudan a descartar otras causas y confirmar asertivamente el diagnostico de EII.
Dentro de los biomarcadores que se utilizan para llegar al diagnóstico vale la pena resaltar los anticuerpos anti Saccharomyces cerevisiae y los anticuerpos anti-citoplasma de neutrófilo. Los ANCA son anticuerpos que reaccionan contra los gránulos del citoplasma de los neutrófilos que se informaron por primera vez en pacientes con CU en 1990. Examinando en conjunto estas dos pruebas se ha logrado observar que los resultados p-ANCA positiva y ASCA negativa son altamente sugestivas de una CU así como las pruebas de p-ANCA negativa y de ASCA positiva sugieren EC, pruebas de alta calidad y optimo desempeño que hacen parte del portafolio de la línea de autoinmunidad de Annar Health Technologies.
Por último, encontramos la Calprotectina una proteína fijadora de zinc y calcio que se encuentra ampliamente distribuida en el organismo y tiene propiedades bactericidas y fungicidas, sus niveles se elevan en plasma de forma significativa en procesos infecciosos e inflamatorios. También se encuentra presente en las heces, siendo la concentración de calprotectina fecal (CPF) muy superior a sus niveles en sangre y es altamente útil como marcador de inflamación intestinal y de lesiones neoplásicas ya que su presencia en las heces es directamente proporcional a la actividad de los neutrófilos en la luz enteral. Se ha propuesto su utilización como elemento discriminador de aquellos individuos en los que es más probable encontrar lesiones inflamatorias en el transcurso de una colonoscopia y así distinguir entre pacientes con alta sospecha de EII y los que probablemente presentarán patología funcional. El tratamiento de EII es un tratamiento a largo plazo basado en la combinación de medicamentos para controlar la enfermedad buscando mejorar y mantener el bienestar general de los pacientes optimizando su calidad de vida. A menudo los pacientes necesitan cirugía, y una colaboración cercana entre los cirujanos y los médicos para optimizar el tratamiento del paciente. El conjunto de hallazgos clínicos, histológicos y serológicos contribuirán de manera efectiva al diagnóstico asertivo del paciente con EII y ANNAR brinda su apoyo teniendo disponibles todas las referencias necesarias para contribuir en el diagnóstico de la enfermedad.