
El virus de Epstein-Barr (VEB) o herpes tipo 4 (especie human Gammaherpesvirus 4, género Lymphocryptovirus, familia Herpes viridae, orden Herpesvirales) es el principal causante de la mononucleosis infecciosa aguda, síndrome común caracterizado por fiebre, garganta irritada, fatiga extrema y glándulas linfáticas inflamadas. El VEB se transmite comúnmente por contacto con la saliva de un individuo portador del virus, y su periodo de incubación puede llegar a ser de hasta 40 días. El virus puede permanecer activo varias horas y se puede detectar frecuentemente en la saliva de individuos portadores, de ahí que se denomine también «enfermedad del beso».

Infecta las células epiteliales faríngeas y las células B de la cavidad oral. La infección lítica produce nuevas partículas virales que infectan otras células que permiten la diseminación del virus. Posteriormente, las células B infectadas con VEB entran en una fase de latencia III, donde expresan un conjunto específico de proteínas virales, incluidas LMP1, LMP2 y EBNA.
Estas células B infectadas pasan al centro germinal, donde el virus inicia una latencia II. Algunas células emergen como células B de memoria con virus con latencias I/0, que establecen una infección de por vida.
Periódicamente, células B de memorias infectadas con VEB se diferencian a plasmocitos, donde el virus puede entrar en la fase lítica y producir nuevos viriones, que garanticen la persistencia del virus durante toda la vida del huésped. Los programas del ciclo latente viral se expresan en diversas enfermedades asociadas al VEB.


Los estudios serológicos que detectan anticuerpos frente al VEB han señalado una distribución bimodal de la infección por este virus según la edad de primoinfección, presentándose un pico de incidencia entre los 2-4 años y otro entre los 14-18 años. Comúnmente, el VEB se adquiere en la niñez o en edades tempranas de la adolescencia, en las cuales es difícil de detectar debido a que la infección suele ser asintomática, por lo que no se logra distinguir de otras enfermedades leves de la infancia. Sin embargo, cuando el VEB se adquiere en la adolescencia o en la edad adulta, entre el 30 y el 70% de los casos desarrollan una mononucleosis aguda infecciosa, algunos de los cuales pueden cursar con síntomas.
Algunos estudios han sugerido que en personas que han padecido mononucleosis infecciosa aumenta significativamente el riesgo de linfoma de Hodgkin con detección del VEB, con un riesgo relativo de 4,0 (IC 95%: 3,4-4,5), y un tiempo promedio desde la mononucleosis hasta el linfoma de Hodgkin con VEB positivo de 4,1 años ˜ (IC 95%: 1,8- 8,3)12. Según estadísticas de Globocan (Sistema de Información de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer), en el año 2018, en Colombia se presentaron cerca de 743 casos de pacientes con linfoma de Hodgkin, y cerca de 216 pacientes fallecieron a causa de esta enfermedad.
Hablemos de las neoplasias asociadas a VEB:
Las neoplasias asociadas a la infección por VEB tienen diferentes fases latentes y expresión génica viral. La etiología de las asociadas a VEB probablemente sean el resultado de una interacción compleja de factores genéticos, clínicos, ambientales y de estilo de vida.
Se han identificado las siguientes:

Otras enfermedades asociadas a VEB:

Diagnóstico Serológico:
Para la detección de Epstein-Barr, se pueden medir anticuerpos frente varios complejos de antígenos. Estos son: antígeno de la cápside (VCA), antígeno temprano (EA) y antígeno del núcleo (EBNA). La presencia de anticuerpos IgM frente a VCA y la ausencia de anticuerpos a EBNA son indicativos de una infección primaria por VEB. El incremento o altos niveles de anticuerpos IgG frente a VCA y la ausencia de respuesta inmune frente a EBNA después de al menos 4 semanas de enfermedad también sugieren una infección primaria por VEB. Además, el 80% de los pacientes con una infección activa de VEB producen anticuerpos frente a EA. La presencia simultánea de anticuerpos frente a VCA y a EBNA es indicativa de una infección pasada (anterior a 4-6 meses o incluso años). Dado que el 95% de los adultos ha tenido contacto previo con VEB, la mayoría de los adultos presentará anticuerpos como señal de infecciones pasadas. Un nivel elevado de anticuerpos puede estar presente durante años y no ser necesariamente indicador de infección reciente.

A pesar de ser catalogado como un virus oncogénico, solo un pequeño porcentaje de los individuos infectados desarrollan neoplasias asociadas a VEB. Es relevante en los programas de salud pública, la implementación de la serología para el diagnóstico de la infección latente por VEB, con el ánimo de prevenir el desarrollo de neoplasias o enfermedades autoinmunes y a su vez la instauración de tratamientos oportunos y eficaces que reduzcan ciertos factores predisponentes como la presencia del virus del VEB.
Bibliografía:
Ref. Factores asociados a la presencia del virus de Epstein-Barr en la cavidad oral de adolescentes de la ciudad de Cali (Colombia)
Andrés Castillo, Sebastián Giraldo, Nataly Guzmán y Luis Eduardo Bravo.
Virus de Epstein-Barr: más que una mononucleosis infecciosa
Epstein-Barr virus: more than infectious mononucleosis.
Ana Isabel Toro-Montoya
Volumen 27, Número 1, 2023.