Las micosis son infecciones que ocupan un lugar importante dentro de los estudios clínicos y son objeto durante los últimos años de investigaciones para determinar sus características clínicas, epidemiológicas, diagnósticas y terapéuticas. Afecta a sujetos inmunocomprometidos con enfermedades que incluyen infección por VIH, enfermedades hematológicas malignas, trasplante de órgano sólido y tratamiento antimicrobiano de amplio espectro.
Tienen como hábitat la tierra y el agua y proliferan a expensas del huésped que parasitan. Se denominan como saprófitos ya que se alimentan de substancias muertas y parásitos quienes dependen de tejido vivo. Muchos hongos patógenos para los humanos se han denominado facultativos ya que tienen la capacidad de vivir indistintamente como parásito o saprófitos. Son aeróbicos y se reproducen de forma sexuada y asexuada encontrándose en forma filamentosa (mohos) o en forma de levadura.
La distribución de las micosis profundas en América Latina es mayor ya que muchos de estos hongos tienen su hábitat en las zonas tropicales e intertropicales favoreciendo su crecimiento y su diseminación. Estas infecciones no hacen distinción a nivel étnico, social y género; sin embargo, la edad avanzada, alteraciones del sistema inmune y las condiciones inmunosupresoras representan un riesgo de padecerlas.
Dentro de estas infecciones, la aspergilosis es una de las mas frecuentes con altas tasas de morbilidad y mortalidad en pacientes neutropénicos o trasplantados (precursores hematopoyéticos o de órgano solido); el aislamiento de Cryptococcus neoformans y diagnóstico de Histoplasmosis siguen siendo las más conocidos y en los cuales los pacientes con VIH son los más afectados.
En Colombia no existen datos de incidencia y prevalencia a nivel nacional debido a que no son considerados como una infección de notificación obligatoria. Se estima que las infecciones fúngicas invasivas pueden tener una alta tasa de mortalidad y pueden superar las cifras de los casos de malaria y tuberculosis.
Los exámenes directos y cultivo para el diagnóstico micológico son considerados de baja sensibilidad y especificidad, por lo tanto, ha sido necesario migrar a métodos que detectan antígenos o anticuerpos específicos para los hongos implicados mejorando el diagnostico haciéndolo oportuno lo que a su vez permite optimizar el tratamiento específico y oportuno para el paciente.
La detección y cuantificación de biomarcadores como el galactomanao en Aspergillus e Histoplasma que hacen parte de la pared del hongo, apoyan el diagnóstico de la enfermedad fúngica invasiva. Actualmente, la incorporación de nuevos métodos como Lateral Flow para Aspergillus permiten un diagnostico más rápido si requerir equipos ni condiciones de laboratorio especiales. En el caso de Cryptococcus neoformans, la detección del antígeno capsular son pruebas diagnósticas ampliamente utilizadas debido a su alta especificidad y sensibilidad.
El diagnóstico de las enfermedades fúngicas invasivas y diseminadas debe permitir un diagnostico oportuno, y relacionado a ello, en la actualidad se cuentan con metodologías sencillas que apoyen los procesos del laboratorio.
Bibliografía:
- Diagnóstico inmunológico de las micosis sistémicas en pacientes con SIDA (1997-2001). Rev. Soc. Ven. Microbiol. v.22 n.1 Caracas ene. 2002
- Diagnostico micológico: de los métodos convencionales a los moleculares. Medicina & Laboratorio. Volumen 21, Números 5-6,2015
- Inmunodiagnóstico de las micosis sistémicas. Dermatología Venezolana, vol. 33 nº 2, 1995
- Métodos de diagnóstico en micología. Morales-Restrepo N, Cardona-Castro N. Enero – Abril 2018